Cuatro años en Cuba como corresponsal de Televisión Española deberían ser suficientes para agotar mi capacidad de asombro. Pero no ha sido así. Cuba, como la pipa de Magritte, no es una isla, es la imagen de una isla. Hay que vivir en Cuba para saber cómo es la vida cotidiana, para entender que hay dos situaciones, una real y otra virtual, y que los cubanos habitan ambas a la vez sin estar locos, como dice el bolero de Richard Danenberg.Cuba no es el mundo feliz que reflejan los medios de comunicación ni las penurias de sus ciudadanos son consecuencia del bloqueo impuesto por Estados Unidos, país que, paradójicamente, se ha convertido en el principal suministrador de alimentos a la isla, antaño exportadora. En Cuba hay una realidad que es necesario mostrar y que se refleja en Los funerales de Castro, un libro fruto delcontacto directo con los cubanos y de una rigurosa investigación, con documentación muy difícil de conseguir y, sobre todo, conservar, por la estrecha vigilancia que ejerce la seguridad del Estado sobre los periodistas extranjeros. Es un libro escrito con rigor, con mucha ironía y sentido del humor, donde hay poemas y canciones, sobre todo boleros, con los que los cubanos tratan de exorcizar sus demonios. Parafraseando al poeta Francisco Riverón Hernández, el libro, «nació de mis ojos que han visto las cosas, de mis oídos que escucharon las palabras y de mis manos que han recogido los acontecimientos».
- ISBN: 978-84-344-8817-5
- Editorial: Ariel
- Encuadernacion: Rústica
- Páginas: 464
- Fecha Publicación: 01/06/2009
- Nº Volúmenes: 1
- Idioma: Español