El hombre del rompecabezas se sentaba frente al puzle y cambiaba alguna pieza de sitio, añadía o eliminaba otras…Jugaba con la vida de todo el pueblo. Transformaba alegrías en penas, penas en condenas…Con este planteamiento inquietante, los hermanos Txabi y Manu Arnal Gil nos sumergen en la realidad asfixiante de un pueblo atemorizado, cuyos habitantes están a expensas del capricho del hombre del rompecabezas, un ser tirano y mezquino que endurece su corazón desayunando a diario un tazón de café con una cucharada de hiel.El puzle se convierte en una apropiada figura simbólica con la que representar el despotismo absoluto al que está sometido el pueblo (las piezas). Los habitantes del lugar son criaturas desvalidas. Sus designios están manejados al antojo de un ser superior, amo y señor de sus vidas, que cuenta con total impunidad.Todos temían al hombre del rompecabezas. Nadie levantaba la voz contra su señor. En una ocasión, la señora Lucía protestó y de su tejado saltó una teja. Lapobre mujer llegó al camposanto a lomos de un viejo asno.Para dar vida a este ser ruin y trasladar a imágenes el desasosiego vital de un pueblo sometido y atemorizado, las ilustraciones de Roger Olmos no podían ser más acertadas, a pesar de la escasa información de partida de la que dispuso: no contaba con ninguna descripción física del personaje.
- ISBN: 978-84-9871-388-6
- Editorial: Oqo Editorial
- Encuadernacion: Cartoné
- Páginas: 48
- Fecha Publicación: 01/06/2012
- Nº Volúmenes: 1
- Idioma: Español